Jorge Chávez Noriega

Arequipa es la tierra que vio nacer a la geofísica peruana Isabel Bernal. Desde pequeña, como la gran mayoría de arequipeños, se acostumbró a que el suelo tiemble con cierta periodicidad. También a ver cada tanto al Misti expulsar nubes de humo que opacaban el cielo de su ciudad. En el colegio aprendió que estos movimientos telúricos se deben a la ubicación de su región, rodeada de una cadena volcánica que se despliega en el sur peruano. Pero su curiosidad fue más allá. Ella quería saber el origen de los fenómenos con los que había crecido. Por esa razón decidió estudiar geofísica en la UNSA, donde al término de su carrera era una de las dos mujeres de su promoción. Llegó a Lima hace 15 años y, tras pasar una serie de pruebas de rigor, ingresó a trabajar al

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“Ahora la situación es más equitativa. En esta oficina hay una paridad entre científicos hombres y mujeres”, nos dice Isabel, investigadora del IGP y especialista en estudios del suelo. Su trabajo consiste en identificar las características de los terrenos, a través de estudios de campo y laboratorio, para conocer sus estratos, dureza, resistencia, presencia de rocas y la ubicación de cuerpos de agua subterránea. Esto permite entender qué tan vulnerables son ante un sismo, o si son idóneos para una construcción con material noble. “Lo que buscamos es entender el comportamiento dinámico de los suelos por medio de la aplicación de diversas técnicas geofísicas, el análisis de registros sísmicos y de vibración ambiental”, comenta.

El terremoto afectó Lima, Callao, Lurín, Mala, Cañete, Chincha y Pisco. En Lima Metropolitana las zonas más afectadas fueron el Cercado de Lima, Rímac, Magdalena, San Miguel, Miraflores, Chorrillos y Barranco. (Foto: GEC Archivo Histórico)
El terremoto afectó Lima, Callao, Lurín, Mala, Cañete, Chincha y Pisco. En Lima Metropolitana las zonas más afectadas fueron el Cercado de Lima, Rímac, Magdalena, San Miguel, Miraflores, Chorrillos y Barranco. (Foto: GEC Archivo Histórico)
/ EL COMERCIO

De esta manera, la doctora Bernal ha podido identificar algunos puntos críticos en Lima ante un eventual sismo de gran magnitud, como se tiene pronosticado que sucederá en la costa central del Perú. “No se sabe cuándo, pero hay que estar preparados cuando ocurra”, advierte. “Algunas zonas de Villa el Salvador donde se han construido casas sobre rellenos sanitarios podrían ser las más afectadas. Lo mismo pasa en el centro de Lima, alrededor de la Plaza 2 de Mayo. En la Costa Verde, al ser un espacio en constante erosión, se podrían generar deslizamientos de rocas”.

Iglesia destruida por el terremoto de 7.9 grados de magnitud. (Foto GEC Archivo)
Iglesia destruida por el terremoto de 7.9 grados de magnitud. (Foto GEC Archivo)

Toda esta información que recaban la comparten con las autoridades gubernamentales y distritales pertinentes para que tomen acciones y así evitar mayores riesgos. De ocurrir un terremoto de 8.8 grados en la capital peruana, provocaría la muerte de más de 100 mil personas, sostienen los especialistas. La idea es reducir considerablemente esta cifra con prevención.

NUESTRA TIERRA

Fundado en 1922, el Instituto Geofísico del Perú es una de las entidades públicas de mayor tradición científica en el país. Fue creado con la finalidad de estudiar todos los fenómenos relacionados con la estructura, condiciones físicas e historia evolutiva de nuestra geografía: terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas, inundaciones, sequías, huaycos y deslizamientos. “Lo que hemos aprendido con los últimos sismos es que las personas son afectadas principalmente por el colapso de sus viviendas”, explica Hernando Tavera, jefe del IGP, desde la oficina de monitoreo sismológico nacional, en Camacho.

Hernando Tavera, jefe del IGP, en el centro de monitoreo de dicha en institución en Camacho, Lima. (Foto: Alessandro Currarino)
Hernando Tavera, jefe del IGP, en el centro de monitoreo de dicha en institución en Camacho, Lima. (Foto: Alessandro Currarino)

Este espacio cuenta con mapas y pantallas que registran la información proveniente de las 106 estaciones SASPe que se extienden a lo largo y ancho del país, las cuales permiten dar la alerta temprana ante la llegada de las ondas sísmicas. “Nuestras investigaciones señalan que frente a la costa central del Perú se viene acumulando energía en gran cantidad y probablemente sea desde hace más de 270 años. Si antes se hacían simulacros para magnitudes de ocho, ahora, en los últimos años, lo estamos haciendo considerando un escenario de sismo 8.8″, complementa Tavera.

El especialista pide a la población participar de los simulacros de forma consciente y, ante una catástrofe, recurrir a las fuentes de información oficiales. Prevenir no es un juego. //

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