Lima en alerta: quebradas de 10 distritos tienen poblaciones viviendo en la ruta de los huaicos

Mira: ¿Cuáles son los distritos de Lima más vulnerables ante un sismo similar al de Turquía? | MAPA

Siete años más tarde, las lluvias causadas por el Fenómeno de El Niño provocaron huaicos que hicieron desbordar el río Huaycoloro, en San Juan de Lurigancho. El torrente de barro recorrió más de 10 kilómetros hasta el puente Trujillo, en el Rímac. El daño incluyó la destrucción de un puente, casas, comercios y cientos de personas en shock. Marisol Travesaño fue una de ellas. Viajaba en combi con su padre cuando, a la altura de Campoy, les avisaron que venía un huaico. Con el agua hasta el cuello y el pánico de perder a su padre, logró ser rescatada. ”Bajamos a tiempo porque al carro se lo llevó la corriente, a mí casi también”, recuerda.

Aunque los huaicos son más frecuentes en distritos como Lurigancho-Chosica, Cieneguilla y Chaclacayo, que limitan con la provincia de Hurochirí, Lima Metropolitana, la ciudad desértica acostumbrada a las gotas menudas de invierno, es altamente vulnerable cuando llueve un poco más de lo normal en verano.

Un informe del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet), del 2020, identificó 38 zonas críticas por peligro de huaicos ubicados en diez distritos de la capital. Además de Chosica, se trata de quebradas de San Juan de Lurigancho, Villa María del Triunfo, Cieneguilla, Pachacámac, Ate, Rímac, Chaclacayo, Carabayllo y Comas. El problema es que todas están pobladas.

Problema complejo

“Por aquí no pasan huaicos”, nos dice un mototaxista del sector Pariachi, en el distrito de Ate. Dos policías del escuadrón de emergencias que cubren por la zona que incluye Huaycán y Gloria responden lo mismo. Pero sí es posible. En los años 1983, 1998 y 2002 se activaron quebradas de las partes altas de Ate y los flujos de lodo afectaron a viviendas. Este es una de las zonas críticas de Ingemmet .

El ingeniero Miguel Estrada, investigador principal del CISMID- UNI y exministro de Vivienda, explica que el principal obstáculo para la prevención de desastres es la expansión urbana desordena. De hecho, así como Secocha (Arequipa), donde un huaico provocó la muerte de 15 personas la semana pasada, Ingemmet ha advertido que en las 38 zonas críticas de Lima Metropolitana hay viviendas asentadas en el mismo cauce de huaicos que deben ser reubicadas. “La invasión de terrenos en zonas no adecuadas y no planificadas ha generado zonas de muy alto riesgo. Es proceso que viene desde los años 50″, dice Estrada.

El Comercio comparó las imágenes satelitales de algunas quebradas consideradas en el informe de Ingemmet y comprobó que en los últimos 20 años el aumento de casas en las laderas y partes altas de los cerros ha sido considerable y peligroso.

Ante este escenario, la reubicación se plantea como una de las soluciones, pero es la menos sencilla. “Es un problema técnico, social, económico y político. No solo hay que identificar exactamente el área afectada y hacia dónde tendrían que ser reubicadas las familias, sino también convencer a la población de que es lo adecuado”, dice Estrada.

Alexandre Almeida, director del Instituto de Investigación Científica de la Universidad de Lima, añade que una alternativa eficaz son las alertas tempranas con un sistema que monitoreo de lluvias. “Es una forma sencilla y bajo costo. Al contrario de los sismos, las alertas de huaicos se pueden hacer con horas de anticipación para que la población evacúe”, dice.

La tercera opción es incrementar las barreras dinámicas en las partes altas de las quebradas para contener el material sólido de los huaicos. El modelo ya se aplica en Chosica y ha sido puesto a prueba de forma exitosa en 2017. Son mallas que funcionan, el problema es que las 22 instaladas en 9 quebradas no cubren ni la mitad del riesgo en Lima Metropolitana, sin considerar la vulnerabilidad en la región y en todo el país.