Milenka Duarte

La alimentación es un factor fundamental y decisivo en el proceso de desarrollo y crecimiento de los infantes, pues el inicio de la vida representa también el comienzo de la salud, ya que en los primeros mil días de vida se asientan las bases de la salud integral de los seres humanos, por lo cual esta programación metabólica precoz afecta directamente al desarrollo posterior de enfermedades, como la obesidad y otras afecciones no trasmisibles asociadas. Por esta razón, los padres deben brindarles a sus hijos una nutrición óptima, además de tener el compromiso de inculcar hábitos saludables en los niños durante sus primeros seis años, con el fin de prevenir futuros problemas de salud, señaló Sarah Vega, pediatra y neonatóloga de la Clínica Ricardo Palma y asesora del Comité de Lactancia Materna de la Asociación Latinoamericana de Pediatría, a Bienestar de El Comercio.